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Te miro y me devuelves la mirada.

No dices nada, pero yo sé todo lo que queda por decir.

Todavía el espejo me devuelve tu reflejo,

que ya no sé si es el mío.

Perdona por no ser tan fuerte como parezco,

por levantarme otra vez,

con lo fresquito que está el suelo.

Perdona por no poder controlar aquello que hace daño,

por ser tan ingenua como para seguir creyendo.

Perdona por no cuidarte como debiera,

por destruirte desde dentro.

Perdona por no tener y cemento

para sujetar esas paredes que tanto costó construir,

que se derrumban con un gesto.

Perdona por no reconocerme en ti,

por querer estar en otro momento y lugar,

por desear siempre ser otra persona.

Perdona por entregarte a quien menos te merece.

Por no luchar, por abandonarte a tu suerte.

Por quedarme cuando debería irme sin ti.

Lo siento.

MI REFLEJO

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